Tras el éxito del disco “Pateando Piedras” y al borde de comenzar la internacionalización, Los Prisioneros enfrentan la persecución de los militares que sabotean su expansión. Sin embargo, los principales antagonistas de los músicos serán sus propios conflictos y quiebres.

Las presiones internas y externas tienen al grupo en el límite, las tensiones entre González y Narea apenas son contenidas por Tapia y el manager Carlos Fonseca, quienes no pueden creer que el grupo esté al borde de desintegrarse tan cerca del éxito definitivo.

Finalmente, será una traición personal la que precipite el quiebre y marque para siempre las vidas de los protagonistas.